La regla de fe y práctica para IMAC se obtiene de la Santa Biblia. La interpretación teológica de nuestra posición doctrinal está guiada por la creencia de que el Espíritu Santo es el intérprete.

IMAC afirma que Dios revela doctrina y que continuamente da visión espiritual del plan histórico de Dios antes de la fundación del mundo, manifestado en estos últimos días a través de Su Hijo Jesucristo.

Es la oración de IMAC que la unidad y alianza del pueblo de Dios se base en el Señorío de Jesucristo.

En reconocimiento a la diversidad de doctrinas y costumbres, que son representadas por las iglesias y organizaciones participantes, IMAC no establece una declaración de Fe más allá de las siguientes Afirmaciones Bíblicas:

la divinidad

Creemos en el único Dios verdadero, quien se ha revelado como el eternamente autoexistente el “YO SOY” existente en tres personas: El Padre, El Hijo-Jesucristo y El Espíritu Santo. Estos tres se distinguen pero son indivisibles en esencia: coeternos, coexistentes, coiguales en naturaleza, atributos, poder y gloria (2 Cor.13:14, Mat. 28:19).

La Santa Biblia es la palabra inspirada de Dios

Es la regla infalible de fe y conducta y como tal está por encima de la conciencia y la razón, pero no es contraria a la razón (2 Tim. 3:15-17; 1 Tes. 2:13).

El pecado original y la humanidad caída

El hombre y la mujer fueron creados buenos y rectos, porque Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". El primer hombre, Adán, por desobediencia cayó de la posición que Dios pretendía para la humanidad y así el pecado y la muerte entraron en el mundo. Las transgresiones de Adán provocaron la muerte espiritual, que es la separación de Dios. La depravación resultante de la naturaleza humana pecaminosa necesita salvación y redención del poder del pecado, que sólo puede obtenerse a través del Señor Jesucristo (Génesis 1:26-31; 2:17; 3:6-

La salvación del hombre

La única esperanza de la humanidad para la redención y la salvación del poder del pecado es a través de la sangre derramada del Señor Jesucristo (Hechos 4:8-12; Romanos 5:8-21; 10:9-10). La salvación es por la gracia de Dios mediante la fe en el Señor Jesucristo; es don de Dios y no obra de ningún hombre. La salvación es un testimonio interno del Espíritu Santo, de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16)

El Señor Jesucristo

Creemos que Jesucristo nació de una virgen (Mateo 1:18). En su amor por la humanidad perdida, Él voluntariamente entregó su vida en la cruz, un solo sacrificio por los pecados para siempre, y así se convirtió en el Salvador de la Palabra (Juan 2: 1-2). Creemos que Él resucitó de entre los muertos, apareció a muchos en carne (Juan 20: 16-31) y que cuando partió de la tierra, ascendió al Cielo donde permanece a la diestra de Dios Padre intercediendo por nosotros ( Rom.8: 34).

El espíritu santo

(a) El fruto del Espíritu Santo: La obra del Espíritu Santo en nuestras vidas se evidencia en: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.

(b) Los dones del Espíritu Santo: El poder del Espíritu Santo está disponible para todos los creyentes y se manifiesta a través de los dones espirituales. A uno se le da la palabra de sabiduría, a otro la palabra de conocimiento, a otro la fe, a otro la profecía, a otro el discernimiento de espíritus, a otro la capacidad de hablar en diferentes clases de lenguas y a otro más la interpretación de lenguas. El Espíritu Santo es también nuestro maestro y fuente de poder para la vida y nuestro servicio en el ministerio. (Gálatas 5:7-9; 1 Cor. 12:1-12; Lucas 12:12; Hechos 1:8; 2: 1-47; Is 53:4; Mateo 18:16-17).

Ordenanzas de la Iglesia

Creemos que el Señor dio las siguientes ordenanzas a la iglesia y por lo tanto deben observarse en consecuencia.

(a) Bautismo en agua: La Ordenanza del Bautismo es la identificación simbólica del creyente con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección (Mateo 28:19, Hechos 10:47-48; Romanos 6:4).

(b) La Cena del Señor o Sagrada Comunión: La Sagrada Comunión es la expresión de nuestra participación de la naturaleza divina del Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4) y un memorial de Su sufrimiento y muerte. (1 Cor. 11: 26) ordenado a todos los creyentes.

La Segunda Venida De Cristo

“Jesucristo volverá a la tierra en las nubes de la misma manera como partió” (Hechos 1:11)

El juicio final

Habrá un juicio final en el cual los muertos resucitarán y serán juzgados. Quien no se encuentre escrito en el Libro de la Vida, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y los falsos profetas, será condenado al castigo eterno en el lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda. (Mateo 25:46; Heb. 9:20; Apocalipsis 20:10-15; 21:1-27).

El nuevo cielo y la nueva tierra

El Señor creará una tierra nueva y un cielo nuevo, libres de sufrimiento y aflicciones, pero con paz, amor y gozo, siendo Cristo el gobernante. (Apocalipsis 21:1)

Declaración de fe

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